con tanto ruido no es posible pensar,
no se sienten los músculos suaves, están tensos,
los ojos abiertos y sus pupilas inciertas,
la espalda se está curvando
ya está toda cargada, ocupada
desesperada y nerviosa,
ni para regalar
o para compartir
ni para venderlo
o para alquilar
tampoco podremos empeñarnos con todo este relajo;
las carcajadas y los gritos de esos niños no deseados,
lo pacifico se ha tornado en violento,
agresivo y real
no hace falta sentirse liviano ni saludable
ya no es necesario, para qué
de dónde sacamos fuerza,
no es tan posible escaparnos
como antes, para desaparecer
y ocultarnos del frío
de los choques apresurados
con las miradas de la gente en la calle
con los alientos mal olientes de los perros...
a dónde ir
2 comentarios:
Me gusta esta poesís, he disfrutado mucho leyéndola
Muy buena!
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