viernes, febrero 11, 2011

Sobre los discursos de aquellos y las acciones de nosotros

La tolerancia es un concepto elitista y de los sistemas de poder
que separa, divide y destruye inconscientemente
al mundo de manera irrespetuosa.
(Sobre la batalla entre el respeto y la tolerancia)

No hay necesidad más peligrosa que la de pertenecer a todas las cosas y sentir que todas las cosas pertenecen a uno. La cadena no es material solamente, la cadena es humana, espiritual e inevitablemente absurda cuando ya no se tiene claro lo que se tiene, lo que se ha dejado ir, lo perdido o lo que se desea obtener. Aquí la importancia de las ideas y los discursos. La coherencia perfectamente exacta no existe, sin embargo, la convicción y el compromiso para buscarla, controlarla y hacerla propia sí, eso sí es real, y de eso este texto.

Es interesante como nos vamos adaptando a los ambientes creados por nosotros mismos pero no todos ellos iguales, es decir, todos o casi todos diferentes en el sentido de las necesidades, las intenciones e ideas sobre el mundo o los mundos, con eso de que en el mundo hay muchos mundos... pero a mi pensar solo existe uno. Este donde vos y yo estamos.

Si la “palabra”, es confrontativa o deniega la existencia de los ambientes superficiales, insustanciales y de consumo - aunque hayan más que escuelas, hospitales o centros de arte- donde acentos suaves de hombres o mujeres apestadas en perfumes con vagas ideas de alcanzar el cielo o sentir que su nivel es de “los y las” superiores por usar tacones y escaleras para alcanzar el espejo, por esos músculos y camisetas apretadas saturada de masa corporal mayor a su cerebros, criticar ambientes donde el prefijo “a la” es el inicio de una expresión de afecto o de inconformidad y donde comer es una ofensa por miedo a engordar y la droga, el alcohol y los demás gustos dependen totalmente de la economía de los padres que ilusamente creen que sus esperanzas están en las manos de estos seres indiferentes, ilusos y representantes –lamentablemente- de la sociedad moderna guatemalteca, negarla o aceptarla, al final de todo, es prácticamente lo mismo.

Si la palabra promueve ayuda al prójimo con fines de “porque es chilero” y entonces la moda es lo más próximo a ocurrir porque construir casitas de madera o materiales prefabricados es “recul poes”, eso y un montón de cosas más, promovidas con tan respetable palabra, es una ofensa social, si, es una ofensa.

¿Eso genera Consciencia Social? ¿En quiénes?
Si el compromiso social es tener espacios en la vida para destruirla, para no aprovecharla y para creer que la juventud es eterna, entonces esos espacios pueden ser accesibles para unos en el cielo y para otros en el infierno, porque acá en la tierra la vida no es así, acá no hay cielos ni infiernos, sino hay vos y yo, que día a día nos vamos perdiendo respeto, por ser tolerantes.

Opino que en lugares ajenos a la libertad pero propios del libertinaje no podemos conversar sobre paz, desarrollo y justicia social para los que estamos fuera, porque estamos fuera por convicción, por ideales y por dignidad. Mucho menos las propuestas que surgen de un trago de alcohol, no pueden generan esperanza, sino alcohol – que en algunas situaciones su presencia es inevitable si es motivo de herida interna o externa, y esto, lo entienden los que andan y andamos en la jugada-
“Sigamos” continuando decís vos.
Cada día nace un nuevo ser humano, libre, lleno de energía y de ignorancia –suena duro, pero está libre a la interpretación- en estos días nacer ya no es un privilegio o derecho, con la sociedad que nos da la bienvenida como casa y con las personas que la dirigen y le dan forma hasta nacer se vuelve peligroso; y si logras nacer, entonces hay que ponerle huevos y darle con todo, como debe ser – supongo-.

Hoy más que nunca la estupidez social es más fuerte que la objetividad social, el lado humano ha sido transformado y desplazado por el lado de la ficción, de lo plástico y lo absurdo, la idea del momento, de la vida en un segundo, permite y cede valor intelectual a cualquier cosa y entonces ahí la destrucción progresiva de lo bello, lo místico, lo sabio, lo oculto… la exterminación intelectual de lo que ha dado respaldo a las culturas, pueblos y civilizaciones… ahora somos pocos, ahora ellos son más y esto no se parece ni suena a la frase de aquel que presidio el bote y luego formó parte de alguna de las promociones guatemaltecas de más alto prestigio.

Es tan libre el mundo que el ser estúpido es un derecho, el derecho de ser estúpido lo ejercen principalmente los políticos enfermos, los ambientes donde se consume más de lo necesario, los colores de piel claros y los ojos verdes, azules y cabellos rubios o rojos, yo, vos por molestarte en leer esto y darte cuenta que es mi opinión, aquel que está comiendo chicle y aquella que se le nota la línea, aquellos también conviven con nosotros y participamos en tan libre mundo que, el ser estúpido se ha consolidado por todos las que se ha convertido para unos y para algunas en un estilo de vida.

Los discursos y las acciones, las ideas y las palabras, deben ser coherentes por respeto a la vida, a la humanidad, a los niños y niñas, a los jóvenes, a la naturaleza, a los animales; el ser y decir cosas distintas dan paso a la ignorancia social - entiéndase como quiera- una cosa es lo que todos desconocemos por naturaleza y otra cosa es no querer saber lo hay, hubo y no querer prepararse para lo que pueda pasar… dos cosas muy distintas acá, o no?

La capacidad de inspirar por lo menos a seguir con vida en un mundo enfermo debe ser retomada y promovida en todas las partes de este planeta, en las escuelas, las calles, los barrios, las iglesias, los parques… en lugares de convivencia pacífica y saludable, donde las ideas y las discusiones sean respetadas, compartidas y refutadas sin necesidad de parecer modelos de revistas, intelectuales de “pacotilla” (no pirir) o artistas de telenovelas de narcos promoviendo las infidelidades como un valor fundamental, acompañado por supuesto por lo “de ahuevo que es consumir coca o fumar mota, talegiar a tu mujer, faltarle el respeto a tu madre, en fin, tantas cosas que mejor digo: etcétera.

Me gusta pensar “con mi pensamiento y mi criterio” que la forma de dar paz al mundo le corresponde a la masa popular descubrirla, no a los pequeños grupos.
Debe ser desde nuestra participación la propuesta y la construcción para invitara los muchachos y señoritas bocas frescas a ser parte de lo que por derecho humano le corresponde y también por no ser tan duros con los “ya antes mencionados, tener la sensación de voltear las tortillas…”
Este mundo es de todos y al mismo tiempo no le pertenece a ninguno, insisto muchá, según “mi pensamiento mágicamente mío” esta chibola les compete a los dioses ocultos, a las ideas místicas y a la parte que no somos capaces de ver, saber o destruir; y en materia de seguir echando leña al fuego, también puede ser que de alguna manera lo hayan creado desde hace mucho tiempo otros muchachos o muchachas chispudos y “bien tranquilos” mucho antes de que yo escribiera esto y que vos casi lo terminaras de leer. Y aunque no parece cierto lo anterior, todo en este mundo ha perdido significativamente sentido y precisión.
Es urgente para la gente menuda como vos y como yo, soñar, pensar, hablar y tomar una decisión para que los sentimientos de exclusión, de diferencias sociales, de prejuicios, de insultos, de muerte, de guerra, de fuerza, poder y otros más, vayan reduciendo… vayan siendo más pequeños y nosotros más fuertes.
El respeto se gana con la experiencia, la confianza es el resultado de ambos en acción, se me ocurre.
Para este mundo es más fácil ganar la confianza de todos y todas, pero no necesariamente el respeto. La tolerancia es una palabra elitista, un concepto creado para que los del poder sigan produciendo, destruyendo y ofreciendo, y que nosotros continuemos trabajando, construyendo y consumiendo, pero todos debemos ser tolerantes. Ridiculez. Tolerantes para que los sistemas de poder sigan ejerciendo lo que se les plazca sobre nosotros. La tolerancia que la apliquen los ángeles y los demonios, las monjas y los congresos, pero nosotros debemos ejercer y aprender sobre el respeto, desde la casa, las calles, los pueblos, desde abajo hacia arriba. Respeto y tolerancia son dos estilos de vida diferentes. La tolerancia ha permitido que el mundo se consuma más rápido de lo que en teoría debiese ser. El respeto ya no existe, si existiese, otra sería la historia.
Y ahora vos estarás pensando en preguntarme: va, y si tanto escribís sobre el respeto y la tolerancia, para vos ¿qué son? - Me gustaría responderte, pero si no has comprendido mi punto sobre ambas palabras, esperate a terminar de leer y después hablamos-.

En fin, después de todo y de tantas cosas que se piensan, que se creen, que se dicen y se escriben; tener claro que las acciones y las palabras, deben ser respaldadas por el compromiso sociocultural y político reconociendo honestamente lo que es y lo que está, la claridad y el discernimiento social son fundamentales para mejorar el mundo, para transformarlo en otro donde las nuevas generaciones sean educadas, formadas y motivadas con amor social, respeto a ellos mismos y a los que están a su lado… los discursos y las acciones, también son importantes en la búsqueda de la integración, la participación y la convivencia pacífica, pero ya debemos de ser más cuidadosos y no permitir que cualquier cosa sea válida porque entonces ya casi nada es importante.
Termino entonces este texto, respetando a todos y todas en esencia, en materia humana, en derechos y oportunidades, pero no puedo asegurarles si toleraré las ideas, los pensamientos y los discursos que estén en contra de la dignidad humana, que sean respaldadas por el poder político o económico, o de los y las que solo quejas, propuestas absurdas y casacas den.
El respeto es la esencia para nuestros juegos humanos y sociales, muchos de esos juegos los respeto, pero no puedo permitirme compartirlos, ni jugarlos, me pasa como el golf, no lo juego ni lo necesito ni lo comparto, pero lo respeto, en cambio con el fut, ah! Eso es otro tema, pero no quiero que mis compatriotas se me pongan chinches si ofendo a messi o cristiano o al pando o al tanque…
Compañeros y compañeras, los pasos de los que han hecho los caminos, deben servirnos de inspiración para encontrar nuevos y llegar a decentes formas de convivencia humana, pasos firmes y duraderos en caminos auténticos y reales en nuestros contextos de vida diaria.

Ser diferente, es construir el universo y poder ser sol, luna, agua o viento, alejarse del falso afecto, entenderte a vos y a todos a tu ritmo y a tu tiempo, ser diferente es constituirte como un ser indefinido y respetuoso al mismo instante, crítico, duro, serio y objetivo…abierto pero sin ser abusado; otra cosa es ser un ser social, pero lo que hoy intento escribir es sobre los discursos, sus acciones y la diferencia… otra cosa para mencionar también es la diferencia social, porque diferentes a nivel social, en eso sí todos somos iguales, todos y todas somos iguales en la diferencia social.

Juan Pablo Romero Fuentes
Los Patojos, Sueños e ideas en acción.


2 comentarios:

diegojoséromero.. dijo...

Buenas observaciones. Principalmente cuando hablas de como la 'conciencia social' se ha convertido en una moda y pareciera que mientras mas 'haces' mas 'cool' sos. Pero no concuerdo con tu definición de Tolerancia. Para que se de respeto debe haber tolerancia y viceversa. Uno esta fundado sobre la otra. Si respetamos a los demás seres humanos, vamos a tolerar sus formas de vida y su cultura, tratando de no caer en el etnocentrismo. Si no nos parece lo que los demás hacen, no esta en nosotros obligarles a cambiar, sino expresar, con respeto, que no estamos de acuerdo.
Mientras las practicas de vida y la cultura de los demás no afecten los derechos fundamentales de terceros o los nuestros, no hay razón para obligarlos a cambiar, pues el hecho de que algo nos moleste no significa que ese algo este mal o sea dañino.
Te respeto, y respeto tu opinión. Aqui esta la base de al tolerancia.

Anónimo dijo...

Que buen blog tenès acá. Y te lo digo así para que no pensés que soy un mensaje spam. Si me parece que algunos conceptos han sido manipulados y que a la vez se les usa para manipularnos. Así es como llegamos al extremo de esperar que los pueblos invadidos, respeten y acojan a sus invasores.Que miedo ser llamado radical ¿verdad? ¿què ha pasado con las palabras resistencia, insurgencia, libertador?